"Mi vestido cuelga aquí"

"Mi vestido cuelga aquí"
Frida Kahlo - 1933

miércoles, 7 de marzo de 2012

¡Feliz día de la mujer!

"Mujeres"  Cordelia Urueta, 1943


¡Defendamos nuestra inclusión en el lenguaje!

La lengua es una entidad viva, cambiante. Una de las pruebas de ello es que comunidades que comparten un mismo lenguaje, al separase geográficamente, van modificando su lengua. Por ejemplo, un adjetivo como “prolijo” de uso extendido en Argentina, no encuentra su lugar en el habla habitual española, con lo cual las personas argentinas que viven en España, deben reemplazarlo por ejemplo por “ordenado” aún a sabiendas de que no es lo mismo.
Las palabras nos permiten categorizar nuestro mundo.  Constituyen la base de nuestro pensamiento. Cuando alguna cosa no tiene palabra que la denomine, carecemos de la referencia para memorizarla y luego recobrarla en nuestra conceptualización.
Es sabido el ejemplo del mundo esquimal que usa cantidad de palabras  diferentes para referirse al color blanco y a la nieve.  Puesto que su universo es de ese color, los matices del mismo adquieren una importancia vital y son determinados por palabras específicas.
Lo mismo sucede en el Amazonas, en tribus que viven en la selva, con el color verde. Para nuestra cultura, tales distinciones son indiferentes.
En nuestra cultura, en la actualidad, estamos en un proceso de visibilización de las mujeres en todos los ámbitos en que participan y esto necesariamente deberá ser acompañado de un cambio en el lenguaje con nuevas formas de denominación.
Quizás estamos en un proceso incipiente y los modos que se van hallando no son perfectos. Quizás decir, por ejemplo,  “niños y niñas” en vez de simplemente “niños” (genérico que según la RAE incluiría a ambos), al principio suena como una complicación añadida a la expresión. Pero si se piensa que ahí sí podemos entender que efectivamente se trata de  representantes de ambos géneros, con el tiempo nos acostumbraremos a favor de una más ajustada descripción de la realidad.
Aunque sea un proceso en evolución, es importante empezar a transmitir este legado a niñas y niños, para que puedan también  nombrar un mundo más diferenciado e igualitario.

Recientemente, el pasado 4 de marzo, apareció un informe en el diario “El País” escrito por Ignacio Bosque y firmado por 23 académicos y 3 académicas de la RAE,  acerca de las guias que promueven el uso no-sexista del lenguaje.
Entre las voces que han dado respuesta a este documento, alzándose a favor de la visibilización de las mujeres en el lenguaje, se halla la de Mercedes Bengoechea, lingüista y que ha sido decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá.


La publicación del informe y las réplicas al mismo han generado un valioso debate que puede resultar muy esclarecedor para permitirnos entender, por ejemplo,  cómo es el proceso de cambio en la lengua, las resistencias al mismo, el factor de la educación y también que papel juega la ideología. 


Enlaces interesantes:

domingo, 4 de marzo de 2012

"The artist" M. Hazanavicius - 2011 "Hugo" M. Scorsese - 2011



Dos homenajes al cine como arte


Dos películas diferentes, acaparan diez de los más importantes premios Oscar de la Academia de Hollywood, exceptuando el de mejor actriz de Meryl Streep por la “Dama de Hierro”.
Dos películas que, sin embargo, tienen que ver con una vuelta al pasado, con una mirada nostálgica de recuperación de los orígenes, 
No sólo la historia de ambas, que en un caso retrotrae a las épocas del cine mudo  y en la otra a los inicios del cine con Meliés, sino la coincidencia en la trama de la tríada: fama, olvido y posterior recuperación, parecería querer volvernos hacia la reflexión acerca de ciertas condiciones humanas.
Es curioso también que ambas películas hacen referencia a Francia, una por ser de producción francesa y la otra por estar ambientada en París. ¿Será también éste un reconocimiento de Hollywood a la cuna del cine, disputada a veces a los hermanos Lumiére y atribuida su invención a Edison?
“The Artist” más allá de la trama, plantea, como su nombre lo indica, el arte que es posible más allá de la mera actuación. El personaje de  Jean Dujardin, es un verdadero artista en la transmisión de emociones sin que pueda mediar la palabra.  George Valentin, en la película,  crea gestos, actitudes, posturas para la expresión de sentimientos que tienen su reflejo en la captación por parte del público que asiste a la proyección. En este sentido, tal como lo describiera hace casi un siglo Freud, la persona que es artista es capaz de ponernos en contacto con nuestros aspectos más profundos, pues tiene el don de captar, penetrar y expresar lo inconsciente.
El hecho de que la película sea en blanco y negro, con un formato de pantalla antiguo y una banda sonora excepcional, no hace más que enfatizar la cualidades excepcionales de su director y creador, Michael Hazanevicius. 
“Hugo” por otra parte, a través de un despliegue de la tecnología absolutamente actual pero situándonos desde la perspectiva de la mirada asombrada de un niño y su amiga, insiste en el concepto de creación pero con diferente lenguaje.  
La presencia de un autómata (especie de robot antiguo) con cuya restauración está obsesionado el niño protagonista para conocer un mensaje oculto, se podría entender también como una necesidad de la recuperación de la historia para entender de dónde venimos y adónde vamos.
Hay un énfasis también el labor creativa, en enaltecer a aquéllas personas pioneras en la búsqueda de formas de transmisión artística, aunque en ello hayan arriesgado su patrimonio económico y su fama. 



Otro dato interesante es el libro en el cual se basa la película, La invención de Hugo Cabret, de Brian Selznick (editado por SM, España, 2007), al cual Jordi Costa dedica un comentario en la revista Caimán, Cuadernos de cine.






Enlaces interesantes: 
The Artisthttp://www.youtube.com/watch?v=OK7pfLlsUQM